INTRODUCCIÓN
La educación universitaria es una inmensa responsabilidad y un reto altamente desafiante. En ella se conjugan las expectativas de formación de los estudiantes y los aspirantes; también las de todos los demás actores que componen la comunidad educativa, especialmente los docentes. Es ciertamente un “pequeño universo” en el cual se suman ilusiones, sueños, proyectos y demás acciones, de cara a las necesidades que plantea el desarrollo, el crecimiento y la proyección de una región y por ende de un país. La universidad es vida humana y sociedad, es misión y visión; la universidad acontece y se desarrolla en cada momento en sus funciones sustantivas de enseñanza-aprendizaje, de investigación y de proyección social.
A su base está la tradición, la historia y el estado de maduración de cada universidad, siendo todas muy diversas; una historia plasmada en sus planes de estudio, la consolidación de una planta docente, la orientación y dirección académica, todo ello soportado por una gestión administrativa que viabiliza cada ejercicio, como parte de dichas funciones universitarias. Para el caso de la Santo Tomás, tradición e historia se constituyen además en carisma e identidad, en sello de marca y en referente para dar pasos hacia el futuro. No es posible pensar el futuro del primer claustro universitario de Colombia sino en el contexto de la historia del país en el que ha estado inmersa por casi cuatro siglos y medio y, por supuesto, en el contexto de la historia misma de la universidad, que ha pasado por etapas realmente diversas y complejas.
No obstante, aparte del simple hecho de saber conjugar todas estas variables en una danza sincronizada, que ya de por sí son un reto en la gobernanza y la gestión universitaria, aparecen las otras funciones sustantivas, desde las cuales se logra entender cómo una formación de calidad, obligatoriamente pasa de manera integral por la articulación de los procesos de docencia, investigación e innovación y proyección social y extensión universitaria; si las funciones no están articuladas entre sí, serán menos visibles y menos eficientes a la hora de acuñar sus logros.
Fray José Gabriel Mesa Angulo, O.P.
Rector General